Borracho, dopado de codeína, de #RichardFord, de cegarse por gente ausente, y apenas pero lo suficientemente entero como para hablar sobre él y al mismo tiempo ser algo sincero, #Franco, de apellido Exacto, como evocando una hermandad digamos, dice: “Sobre el porvenir de no sé me estaba hablando pero a decirte la verdad yo estaba tan caliente que lisa y llanamente no escuchaba sobre qué mierda me estaba contando de lo que él creía que sucedía, me parece, en su trabajo o no sé dónde me decía mientras yo estaba como con una paronámica adelantándome -como siempre- a los momentos que después, fijate vos, en este caso no sucedieron. Esto es por demás de extraño en mí si te ponés a pensar un poco cómo fue que me sucedió exactamente lo previsto pero en falso contrario.Te juro por el llanto de las Madres que desde como se dice el primer instante de conexión, desde vernos por primera vez digamos, la cosa venía, no bien, muy bien venía. Olía a la compañía. Es mi única certeza el olfato, eso ya lo sabés. Me miraba como yo lo olía a él, con esa sensación muy bulliciosa por dentro que no te das muy bien cuenta qué sorete es, pero que vos sentís como que estás vibrando correctamente al son de un nuevo mundo que cuando amaneciera en este mundo que nos incluye, hay dos nuevos mundos latentes de paz. Dura, qué decirte, un pedo en colador esta sensación. Pero es real. Lo fue. Ahí estaba yo cuando no sé cómo trajo la cuestión ni por qué después qué cosa se le cruzó por la cabeza al ver mi emoción con lo que le había terminado de escuchar y que, sinceramente, me dio un no sé qué, un fulgor evidente le puse yo, pero apareció depués de escucharle y olerle y verle el cuerpo al contar una anécdota que, dice él, es sobre qué sucedió cuando trasladaron el cuerpo de #AlfonsinaStorni de Mar del Plata a Capital. Dijo él que dicen que en los diarios de 1938 hay una noticia que da registro que al llegar el tren a la estación de Constitución había 2000 personas esperando el cuerpo tres días en el mar estando después de haberse, Alfonsina, como dice la canción, ido a buscar poemas nuevos al mar. Las 2000 personas eran gente de edades raras, eran chicos y eran jóvenes que ninguno pasaría los 20 años y los más chiquitos rondarían los seis. Éran y habían sido sus alumnos de grado cuando ella, para vivir, daba clases en una escuela. Eso me contó y se fue después, sin coger, y con algo que vio en mí que no sé qué habrá sido pero de alguna manera tendré que olvidarme de todos esos nenitos y nenitas esperando y viendo llegar un tren con una muerta que no podría saberlo”.

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