No deberías haber buscado. Esto cuesta. Peor, el que no acepta, desparece, se deja ir ante todo, admite que sí, admite que de vez en cuando, como a raptos, como luciérnagas encendidas en frasquitos a través de algo
admítese que podría ser un túnel, una caverna, un bosque, un exterior enorme, pero espeso. O un hueco interior. Admite que a veces tiene que admitir que no, que no nos damos cuenta de lo que los otros -sean estos unos u otros- dicen que saben tener. Lo de tener es mental y entrando en tema, y siguiendo una especie de lógica o convención sensorial, para que todo no se me siga haciendo nulo, piensa en pajearse pero no sabe si lo siente o lo piensa como algo que quiere hacer o como una ofrenda que el cuerpo decide expulsar y ofrecerle al mundo. Insolvencia sobre lo material. O para o en lo material fue lo que dijo el médico. Sobre las minucias y sobre lo otro, dijo, “que ni usted sabe qué es o de qué quiere hablarme cuando dice aquello de que usted dice apartarse de usted mismo”, dijo, “y no sé cuánto más usted dice, con adorno –no voy a negárselo-, pero insolvente”. “No se haga el audaz con usted mismo”, dijo el médico, “perecer no es tan grato”. La respiración es un problema mayor. Siempre habrá putos dejándose coger sin forro. Y a la intemperie.
- Obtener vínculo
- X
- Correo electrónico
- Otras apps
Comentarios
Publicar un comentario