Antes de un silencio breve, antes de sucumbir otra vez al hechizo de lo escrito, antes de imaginar en vida otra vez la melancolía de llevarse consigo, antes de volver a 1999, y antes de mover el cursor y accionar la herramienta que elimina los correos recibidos, #EduardoMillánArmenia (33 años, puntano de nacimiento y segundo jefe del área Música de la Fundación #Goethe, sede Córdoba) lee: “Las peripecias que se fundaron cuando tuve que olvidarte impusieron su singular travesía y como siempre, no estando para nada cómodo ni aquí ni allí ni acá, abrí los brazos de mi compás como quien dice, dejándome hacer círculos que dentro contenían triángulos. No hay más viejos tiempos, solía pensar mientras activaba mi glándula pineal. Anduve por ahí, me sucedieron cosas, luché para olvidarte, me fui agresivo, a veces conciliando la preocupación de tener que admitir que se sufre cuando corresponde y que luego pasa. Te aislé como algo que no tiene o que ya no produce sonoridad alguna pero que sin embargo habita, insondable, en el sentido de lo inaveriguable de lo que estuvo y ya no. Pavadas éstas para retrasar la cuartada que necesito emplear para decirte que, en compañía de un muchacho de nombre Adrián, todo aquello que fue lozano en tus manos, toda esa dilatación y contracción que vos empleabas con destreza para dejar sin consistencia la inmediatez de las grietas de ambos, todo lo que ya no nos sirve, todo el barrio de Almagro, todas las acepciones de lo impasible, y todo cuanto te amé se me apareció de golpe viendo una obra de teatro infantil. No puedo decirte sobre qué era la obra para chicos, ni por qué allí estaba yo, en compañía de un muchacho de nombre Adrián, sentado entre más o menos 30 personitas de no más de cuatro o cinco años. Ahora veo teatro, ahora mis expresiones son más breves, camino entre fantasmas, me sigo negando a hablar de la metáfora y lo literal siempre es en relación con los libros. Si no somos amados, vamos desapareciendo de la mirada de los otros. Eso escuché en la obra e, inescrutable, apareciste. No correspondería incitarte a una respuesta”.