No tengo que hacer nada. No tengo ninguna obligación. Y esto lo puedo sentir y comprender con igual impacto emocional tanto de día como de noche. Esto último no es del todo cierto. Tengo angustias nocturnas que no puedo definir. Soy un #puto encerrado en sus maniáticas culpas. El cuerpo es mi vehículo. El cuerpo ata. Redondeles flotan a mi alrededor. Siento un repiqueteo testicular. Es táctil y alucinógeno, como darle pija a cualquiera en la penumbra de un cine porno. Surrealismo y fulgor versus intelectualismo y hondura. Esto es un exuberancia de parte mía. Pero, en este testiculeo, soy yo saliendo tal como vuelvo a mí mismo. Esto lo pienso pero no sé si es así, aunque me digo, para salvarme un poco quizás, cuánta gente aquí con la presencia hecha un escondite virtual. Esta palabra cambió de valor, de fuerza. No se disuelve ya lo virtual, te embarga porque envergarse es otra cosa. No quiero seguir amargado. La vida dura menos. Esto tenía pensado decirte desde esta mañana, y no fundar ninguna queja de antemano. Pero no pude evitarlo y aquí estoy, soportándome contrariado.
- Obtener vínculo
- X
- Correo electrónico
- Otras apps
Comentarios
Publicar un comentario