"No siendo esto una forma discursiva para referirse a algo dándole a veces forzosa autoridad a la impronta de lo metafórico, y bajo ningún concepto apelando a eso, y no queriendo decir nada más que eso, #LecabelLombardo, entre las 9 y las 9.15 horas del pasado 24 de febrero, perdió un sueño. Solo, como siempre, se despertó a las 9 y ahí el sueño estaba entero. Paulatina e irrefrenable empero lo que todo irradiaba allí como entero fue exequiándose, solemne, al luto de la pérdida. Para las 9.15 ya no tenía más que la sensación cierta de haber perdido un sueño. Lo visual, lo espacial, lo intuitivo, lo sintético y lo analógico trató de algún modo de forzar para la reconstrucción de sí mismo hacía apenas 15 minutos nomás, cuando despertó y allí estaba todo. Sólo pudo retener una especie de colección de tonos un poco disipados entre el rosa y lo opaco, la señal de todo lo que había perdido fue. Pero además de puto y ecuatoriano del norte, Lecabel Lombardo, que tiene un criadero de ratas para laboratorios en China muerta, un pueblo en #Neuquén o en Río negro más o menos, es daltónico y poco dado a sentir algo cada vez que despierta. Será por eso que se niega tanto a la metáfora y anda siempre serio, como un falso asesino, como un antiguo rastro de la destrucción que produjo un malón, como quien se curó el asma".