“Y que vos dijiste aquello del turismo internacional y las jubilaciones que hay en otros países donde, además de darles plata, el Estado les ofrece estos viajes que ellos piensan como exóticos, dijiste, porque yo me acuerdo que nos reíamos viendo a #dosviejosputos escandinavos supimos después que al parecer eran casados porque cada uno andaba con su vieja al lado pero, mirá cómo me acuerdo, los dos al mismo tiempo vimos y respondimos espontáneamente lo que habíamos visto, o lo que nos quedamos mirando alrededor de media hora donde los dos viejos putos, como a las 3 de la madrugada, en el traspatio de la hostería de la calle #Alaska en #Neuquén, que daba a nuestro ventanal y desde ahí del enjambre de pinos superamontados distinguimos cómo primero un viejo le chupó la pija al otro hasta acabar, y el otro a su tiempo, posteriormente, hizo lo mismo. Estaban en bolas me acuerdo y yo te pregunté cómo hicieron para llegar de sus habitaciones hasta el pinar así, en bolas, porque no vimos ropa, ni batas, ni nada que los abrigase un poco tampoco porque me acuerdo que hacía un frío de cagarse, vos no quisiste coger esa noche, los viejitos se quedaron casi quince minutos echados a la vera de un pino, abrazados ´como la peor novela de #Lawrence´, te dije sobre lo que dejamos después de mirar, creo yo ahora, porque en la práctica el imaginario es una cuestión compleja”.