“Todo como protestando, pero para adentro. Pedirse coraje. Estar ausente hasta entonces. En lo remoto a vos, que no haya control, que no haya tendencia, que dondequiera no esté siempre saturado, que ninguna parte tuya sea una deuda, que yo dure un poco en todos, que nadie ancle nombre, que imperioso sea gentil mi abrazo, que vos y yo simultáneamente provengamos, que la propaganda no maniobre en refinar las puntas, que podamos traer el vivo interés como quien dice, que se reformen las premisas de lo que continúa después de una obstinación, que advéngase algo, que nada se escape de lo distinto, que no hayas sido vos el que aprobó las restricciones, que el desarraigo de tu hastío ni mute ni contagie, que lo propicio no sea lo absolutamente fijo y sin pausa como para ser herido, sin jerarquías y sin hacer círculos que en definitiva nada tienen que ver después, cuando la memoria empieza a envenenar lentamente el material, y se vaya perdiendo la posibilidad de ser una víctima de casualidad”. Esto más o menos fue lo que pensé mientras esperaba que bajaras a abrirme. Por eso me fui.

Comentarios

Entradas populares