Dice #AndrésLetonia, a tres horas de haber tomado una pastillita con forma de #BobEsponja: “y mi amigo lo vio alejarse pensando que era hermoso. Y mi amigo pensaba cómo podía suceder perder aquello que representaba lo que idealizó durante tantos años, cómo no provocar a la angustia, ni al dolor real, ni al vacío genuino. Y mi amigo se sintió con la soledad del huérfano, con la incertidumbre después de un huracán, con lo que arrasa y lo arruina todo. Porque su partida, la del otro, inevitable y demorada por el temor que dan las puertas que se cierran para adentro, lo dejó a mi amigo en la necesidad de reconstruir un horizonte nuevo para que el otro no sea su adiós. El adiós de mi amigo, quien, en todo caso, más adelante, lo rememorará algunas noches para justificar un licor, una lágrima y una canción doliente en la garganta de una diva. Eso lo invitará a pensar con su no ser, con su no estar. Del otro hablo, del que se le fue a mi amigo, que hoy por hoy conjura la tentación de la incredulidad definitiva con la vocación por inaugurarse con arrugas”.
- Obtener vínculo
- X
- Correo electrónico
- Otras apps
Comentarios
Publicar un comentario